domingo, 11 de diciembre de 2016

Iglesias de Etiopía ( II )

Al siguiente día tocaba trasladarnos a Lalibela, la “ciudad santa”, localizada en la montaña a una altitud por encima de 2.600mts., para explorar el célebre conjunto único de imponentes iglesias excavadas en roca basáltica roja, consideradas la "octava maravilla del mundo".
Como no es posible llegar directamente desde Mekele, nos dirigimos primeramente en MiniBus a Alemata (50B./2h.), desde allí subimos a otro que nos llevó hasta Weldiya  (30B./3h.) y luego a otro más que con muchísima suerte encontramos (o nos encontraron porque venían de traer a unos turistas a esta ciudad) nada más bajarnos del vehículo, y que por 250B. no llevaban con premura, sin necesidad de esperar en la estación que se llenara, aunque mas tarde se fue llenando por el camino). Aunque tomamos la carretera Weldilla-Woreta (E-O) tardamos unas tres horas y media porque la abandonamos a la altura de Debot, por una pista de tierra que nos llevó  hasta Lalibela, pasando través de hermosos valles y pequeños pueblos y caseríos de viviendas redondas de piedra arenisca y techos de ramas, típicos de esta zona llamadas Tukul.
Llegamos cayendo la noche a la estación de guaguas que se encuentra a unos pocos kilómetros del centro de la ciudad, pero el chófer aprovechándose que tenía que alcanzar a un pasajero amigo hasta allí nos dijo que nos llevaba hasta nuestro hotel si le pagábamos 50B. más, es decir, lo mismo que nos iba a cobrar un bajaji por el mismo recorrido. No tuvimos otra opción que aceptarlo, aunque el verdadero precio es no más de 20B., como descubriríamos más adelante.
Nos hospedamos en el hotel Lalibela Asheten (350B.) y cenamos en frente, en el restaurante Unique, un clásico entre los turistas que se quedan en esta zona. Llama la atención un pequeño cartel en el exterior del local en el que se publicitan en inglés y en polaco como “Recomendado por los Faranjis”. Se come muy bien y a precios económicos. Parece ser que la especialidad es la pizza, el típico salva-vidas de los turistas que están hartos de tanto injera!.
Allí nos encontramos con unos italianos que conocí en Debre Damo y nos comentaron que al día siguiente querían visitar en vehículo con chófer y guía la iglesia Yemrehana Kristos, una extraordinaria obra maestra y joya del arte medieval etíope, aunque estaban pendientes de aclarar el precio. Le dijimos que estábamos interesados y que nos llamaran por la mañana cuando lo tuvieran confirmado.
Desde Lalibela se pueden realizar muchas excursiones por los alrededores, y en la gran mayoría de los casos, para visitar iglesias o monasterios, a pie o en coche. La más espectacular por sus imponentes paisajes es senderismo hacia la iglesia de Asheten Maryam situada a una altura de 4.000mts., que también se puede ascender en mula. Nosotros no dispondríamos de muchos días en esta ciudad ya que se nos están acabando los día de vacaciones por lo que debíamos controlar bien los tiempos, y qué visitar.
Por la mañana cuando nos dirigíamos a sacar el permiso de entrada al recinto de las iglesias volvimos a encontrarnos con los italianos que venían de visitar una de ellas que a primera hora de la mañana celebró una llamativa misa con los feligreses.
Hablamos sobre la excursión, y el precio que consiguieron nos interesó (550B./persona) por lo que quedamos a medio día en la puerta principal del recinto, junto a la oficina turística para recogernos.
Al llegar a la oficina turística nos pasaron a una habitación donde compramos el Permiso de Visita (50$) que da derecho a explorar todos los templos de Lalibela. Muchos turistas se quejan del elevado precio que hay que pagar, y es cierto, pero es que si no se paga no se podrá ver estas maravillosas obras de arte tallada en la roca. Y aquí los turistas que vienen tienen “dinerito”!!.
Las iglesias talladas en la roca de Lalibela están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1978. Son un conjunto de iglesias rupestres excavadas en roca basáltica rojiza en medio de un conjunto de colinas junto a esta ciudad. 
Hacia finales del s.XII el Islam había consolidado su dominio sobre la región de Tierra Santa haciendo casi imposible la peregrinación hacia sus templos por parte de los cristianos.
En el s.XIII el rey Gebre Mesqel Lalibela de la dinastía Zagüe tuvo "una visión" en la que Dios le daba instrucciones para construir un conjunto de iglesias y así evitar el peligroso peregrinar a esas tierras. Así pues, el complejo de Lalibela se construyó como una reproducción de la Tierra Santa, y aún sigue siendo lugar de peregrinación para los miembros de la Iglesia Ortodoxa etíope especialmente durante la celebración del Timkat (la Epifanía copta etíope).
Cuando comenzábamos a pasear por sus laderas se nos acercaron algunos guías turísticos para tratar de enseñarnos los templos pero estábamos convencidos que no los íbamos a necesitar porque hemos recopilado bastante información del lugar. Continuando nuestra marcha de pronto oímos en la lejanía cantos religiosos y pensamos que aún continuaba la celebración de una misa en alguna iglesia por lo que descendimos un terraplén y cerca del río Yordanos (ahora no tiene agua) se encontraba reunidos un gran grupo de devotos de ambos sexos vestidos de blanco rezando a pocos metros de la iglesia Bet Ghel. Estuvimos un buen rato observándolos y parece ser que estaban celebrando el memorial de un fallecido. Nos introdujimos en medio y curioseamos durante un buen rato su ceremonia. Gente de todas las edades pero especialmente bastante mayores cantaban o charlaban mientras el grupo parecía muy unido entre ellos.
Luego, continuamos hacia las iglesias de Bet Gabriel y Raphael y estuvimos un breve tiempo ojeando esa enorme obra arquitectónica en la roca que más que parecerse a una iglesia recuerda a una fortaleza de gruesos muros y profundo foso que hay que salvar cruzando un puente. El poco tiempo que estuvimos ahí nos sobrecogió. Sin duda alguna es necesario bastante tiempo para poder observar todo los detalles con suma tranquilidad.
Lo rodeamos y nos dirigimos hacia la puerta de entrada porque se estaba acercando la hora que habíamos quedado para hacer la excursión a Yemrehana Kristo (a 42kms. de Lalibela). Esperamos en la entrada del recinto como habíamos quedado, nos recogieron en MiniBus y partimos hacia el monte Abune Yosef (4.284mts.) por una carretera que ahora se haya en obras, pasa por las escarpadas colinas Meskel y por pistas de tierra dirección noreste de Lalibela, hasta Bilbila, en la región de Amhara donde se encuentra enclavado este templo en la cara noreste de la montaña, dentro de una gran cueva 
Nos detuvimos en un pequeño caserío y subimos por una senda de piedra que lleva hasta un gran bosque de enebros, cedros y olivos silvestres, llegando a la entrada de una cueva de unos cincuenta metros de ancha, de la que cae desde su borde alto rocoso cubierto de abundante vegetación una pequeña “cascada de pulverización”. En su interior tras un muro de 3mts. que la protege el saqueo, se encuentra el santuario. 
Tuvimos que esperar unos minutos en el exterior porque había una celebración religiosa y no podíamos pasar. Luego nos descalzamos y entramos al interior. La imagen es realmente inesperada y admirable: en vez de una iglesia excavada en la roca como estábamos acostumbrados a ver nos encontramos con dos edificaciones independientes bajo el techo natural de una gran caverna.
A la izquierda se haya la iglesia, construida con capas alternas de vigas de madera insertadas sobre trozos rectos de piedras y yeso, de 12mts. x 10mts. y una altura aprox. de 6mts, con grandes ventanas talladas en forma de cruz, de porte rectangular. Tanto la puerta como las ventanas están enmarcadas con cabezas de mono, y éstas últimas cubiertas por rejas cruciformes talladas. 
Edificada en estilo aksumita, podría ser considerada como el vínculo entre la arquitectura axumita del monasterio Debre Damo y las iglesias monolíticas de Lalibela
Nuestro guía abrió una pequeña trampilla en el suelo para mostrarnos que en su interior se encontraba un pozo de agua subterránea que los peregrinos cogen por creer en sus fuertes poderes sagrados y curativos. Sus cimientos descansan sobre unos maderos de olivo entrecruzados construidos para impedir que se hunda en un suelo pantanoso. El interior se compone de una pieza principal que mide aproximadamente 8mts. x  8mts., dividida en tres naves con dos filas de dos columnas conectadas por arcos de mampostería, con una capilla abovedada en el extremo. Sus cuatro pilares están construidos con bloques de piedra oscura alternada, y el suelo está hecho de piedras cortadas y sorprendentemente pulida por los pasos de los fieles durante los 900 años de existencia. Todas las superficies interiores de madera, incluyendo los techos con paneles, están elaboradamente decoradas con diseños geométricos tallados y policromos. Los siete techos bellamente pintados representan los siete cielos, y los colores dominantes son el rojo, amarillo y azul sobre un fondo de color marrón oscuro. El monje quería que creyéramos que la madera de la iglesia fue traída de Egipto y los bloques de granito de Jerusalén por los ángeles!!. No coments!
En las paredes hay una serie de pinturas geométricas del s.XIII muy llamativas que la decoran y unos murales policromos que representan escenas de la Biblia. Las pinturas murales de la parte alta de los muros de las naves son consideradas como las más antiguas de EtiopíaEl santuario fue fundado en la primera mitad del s.XII por el predecesor del rey Gebre Mesqel Lalibela, el emperador Yemrehana Kristos (nacido aprox. en el año 1000). Este soberano, considerado como sacerdote-rey, es reconocido como un piadoso Santo por la Iglesia etíope, y cuentan que a los 79 años, la construyó en 10 meses con la ayuda de los mismos ángeles.
Detrás de la iglesia, tras un muro, se encuentra la muy venerada tumba de Yemrehana (murió a los 97 años) tapada con coloridos paños. Contaba el guía que cualquier persona que pida perdón a Dios girando tres veces alrededor de la tumba del rey santo, le será perdonado todos sus pecados.
A la derecha de la iglesia se encuentra otra estructura rectangular que la tradición apunta que sirvió como antigua residencia del rey, aunque ahora se usa de almacén para los sacerdotes locales. Este edificio sea quizás uno de las últimas construcciones axumitas todavía existentes en Etiopía Está cerrada al público.
Al fondo de la cueva se encuentra el altar y a un lado, tras un muro no muy alto con enrejados, se encuentra una maraña de miles de esqueletos de peregrinos cristianos, según la tradición, venidos de lugares lejanos como Egipto, Siria, Jerusalén… para recibir la comunión de manos del rey Yemrehana, o a morir aquí, por eso sus huesos yacen en esta parte oscura de la cueva. También dicen que quién toca este santo lugar, todos los pecados serán perdonados hasta la séptima generación" y quién viene aquí a rezar podrá partir al séptimo cielo".
De vuelta, desde la carretera que circunda el valle de Lalibela se observa en la lejanía las montañas Lasta donde se asienta esta "ciudad monástica"Nos detuvimos a ver la caída de la tarde en Ben Abeba, un llamativo bar-restaurante diseñado y construido por 2 arquitectos locales etíopes, con un extraño diseño arquitectónico similar a un "sombrero de bruja." Desde allí contemplamos a vista de pájaro, con cierta bruma de polvo que flotaba en el horizonte, los montes colindantes, el inmenso valle de esta región y de telón de fondo perfecto para celebrar con unas cervezas Saint George la puesta del sol con tonos anaranjados que predominaban sobre el cielo plomizo. Todo cobra un romanticismo magnético en esas horas mágicas donde los clientes, casi todos parejas, podrían llegar a sentir cualquier mínimo flechazo de amor!. Gracias a las mantas que ofrecen, la frescura de la noche se puede aguantar mejor y la estancia prolongar algo más. La vuelta la hicimos a pie pasando por los caseríos suspendidos en el monte. El tránsito de vecinos es menos intenso a estas horas y el olor a madera quemada y a diferentes comidas inundaba el vivificado ambiente.
Al día siguiente, tras desayunar comenzamos la ruta de las iglesias. Como están distribuidas sobre el terreno en dos grupos separados por el canal Yordanos -que representa al río Jordán-, aunque comunicadas entre sí por túneles, pasadizos y trincheras, consideramos oportuno dividir la visita en dos partes ya que de 12:00-14:00 los sacerdotes cierran las iglesias para almorzar.
Comenzamos frente a la oficina turística por el grupo del Noroeste que simboliza “la Jerusalén Terrenal”, rodeado de una muralla rupestre y un foso de 11mts. de profundidad, distribuidos en una secuencia ordenada y alineados siguiendo el eje Oeste-Este. De este modo nosotros que accedimos al recinto por esta entrada podemos efectuar este recorrido espiritual que, partiendo de Bete Medhane Alem, iglesia del Redentor del Mundo (la redención), culmina en la Tumba de Adán (el pecado original). Aunque realmente la ruta se comienza desde la puerta de la Tumba.
Todas sus iglesias, capillas, celdas, murallas y demás dependencias están encajada en la roca a gran profundidad y esculpidas en un único bloque rocoso, formando un conjunto monolítico.
La primera iglesia que nos encontramos dentro de un enorme foso excavado en la roca, bajo una techumbre de protección, es Bete Medhane Alem, la más espaciosa y alta del grupo (33,5mts. x 23.5mts., y 11,5mts. de altura), y posiblemente la mayor iglesia monolítica del mundo. Parece ser que es una reproducción de la catedral de Santa María de Sión de Aksum, destruida en 1535 por los invasores musulmanes. Un ajustado acceso en la roca granítica lleva bajando unos escalones hasta el perímetro de su austero volumen pétreo. Lo primero que llama la atención son las 34 grandes columnas rectangulares que la rodean (muchas son réplicas de las originales) así como su techo a dos aguas. La recorro con extrema curiosidad observando sus muros, ventanas, la más leve señal o marca significativa. Es fabulosa! Tanta nobleza me recuerda a un templo griego. Aunque hay partes estropeadas algunas otras se ve que han sido restauradas. Una vez dentro se impone con desmesura sus 38 columnas talladas en la roca que la divide en cuatro grandes naves. Toda la iglesia, puertas, ventanas, pilares, dinteles y bóvedas, ha sido cortada en la misma roca para parecerse a un edificio. Desprovista de pinturas, alberga en el sancta sanctorum o espacio santísimo tras unas pesadas cortinas la “Cruz de Oro de Lalibela”, de 7kgs., con la  que los feligreses son bendecidos o curados los domingos. A la izquierda se encuentran tres tumbas vacías que dicen fueron preparadas simbólicamente para Abraham, Isaac y Jacob. Tras observarlo muy bien no me pareció un templo religioso. Tan solo el fervor de los pocos fieles que entraban y unos entrecortados y delicados repiques me sugería que estaba en un recinto sagrado. 
Frente a su entrada, un túnel estrecho nos lleva hacia otro gran foso (o patio trapezoidal) en el que colindan un trío de iglesias: en el centro, pasando una Pila Bautismal que dicen “curan a las mujeres infértiles”, se encuentra la iglesia Bet Maryam (Casa de María), posiblemente la iglesia más antigua de Lalibela. Dicen que es una réplica de la Tumba de Adán y de Cristo.
Es una de las iglesias más populares entre los peregrinos debido a la gran veneración que tienen los cristianos ortodoxos a María en este país. Su interior es bastante interesante, con intrincadas esculturas, pinturas de paredes y techos bien conservados. El olor a incienso lo inunda todo. Me senté en un banco y me fascinó contemplar a los peregrinos, mayoritariamente mujeres mayores, una a una entrando con sus bastones por la puerta tallada de la iglesia con sus rostros, la "luz de sus ojos", sus ropas, su silencio imperturbable. Es una multitud, muy diversa. Hasta el más pequeño detalle sobrecoge y evidencia la presencia divina interior. Unas pocas pasan delante de mí y me miran abstraídas. Alguna sonríe pero muy levemente.
Fuera, los peregrinos dan vueltas al edificio, otros se inclinan hacia la pared para besarla, así como besan el suelo y realizan oraciones.
A la derecha, dentro de una cueva se encuentra la capilla Bet Meskel (Casa de la Cruz), de aprox. 35m2, donde encontramos a varias mujeres rezando delante de un sacerdote y recibiendo bendiciones con una cruz copta de metal. Apenas cabía alguien más. Unos lienzos policromo representan varias escenas de la Virgen con Jesus en sus brazos y dos ángeles, otra de Jesús caminando y otra más pequeña crucificado.
A la izquierda se encuentra Bet Denagel (Casa de las Vírgenes Mártires), construida en honor a 50 monjas cristianas asesinadas por el gobernante romano Juliano “el Apóstata” en el s.IV. Las columnas, arcos y los techos que divide el habitáculo en tres están elaboradamente decorados con diseños geométricos policromo y tallados. Unos lienzos representan escenas de la Virgen y Jesús crucificado. En el techo hay una serie de pinturas geométricas muy llamativas que lo decoran. 
Me llamó la atención la cantidad de devotos sentados en bancos o andando con un libro en las manos. Me comentó uno de ellos que este emplazamiento es el lugar preferido para la lectura de la Biblia de un buen número de monjes y devotos que se cobijan aquí al disponer de una buena cantidad de luz solar a diferencia de las otras iglesias. 
Una puerta de salida al exterior da paso a la derecha a otra puerta donde un pasillo lleva al siguiente foso horadado en la roca. Pasando sobre un basamento de tipo aksum de tres alturas por encima de una zanja, se llega a las iglesias Bete Golgotha y Bete Mikael (las “iglesias mellizas”), donde dicen que el mismo rey Lalibela está enterrado, por ello se trata de la más sagrada de Lalibela. El conjunto de la edificación mide unos 11,5mts. de alto y son visibles diversos tipos de ventana, entre ellos tragaluces en forma de cruz griega, tres en la nave norte y dos en la nave sur. Sobre esas ventanas se encuentra una abertura semicircular de estilo aksumita. Ambos templos comparten la misma entrada y ambos tienen los únicos pilares cruciformes de Lalibela. El interior de Bete Gólgota, la primera, es rectangular. El interior tiene unas medidas aproximadas de 10,5mts. de largo, 6mts. de ancho y 4,5mts. de altura. Las columnas miden entre 80cms. y 1mt.. Tres pilares cruciformes separan dos naves de distinta anchura, divididas en cuatro tramos y los arcos se sostienen sobre salientes. La nave es más ancha y las arcadas transversales que atraviesan la nave norte son arcos rebajados. Los muros entre las impostas están decorados por una cornisa. En el muro oeste son visibles nichos de forma rectangular y tragaluces cruciformes.
La entrada principal de Bete Mikael (conocida también como Bete Debre Sina), se abría por el oeste, en el eje de la puerta sur de Biet Debre Sina. Más tarde se talló una nueva entrada en el tercer tramo, por la que Noelia no pudo acceder por ser mujer. Tiene unos nichos en los muros con figuras rígidas de seis santos: Gebre Kristos, Esteban, Miguel, Juan, Tcherkos, Jorge, y de María en tamaño mayor que el real, esculpidos frontalmente, sosteniendo un pergamino o un libro en la mano izquierda, y en la derecha, un bastón en forma de cruz. A causa en parte de la erosión algunas de ellas están peor conservadas. La capilla contigua llamada Selassie es de tipo subterráneo y planta trapezoidal que cuenta con numerosos bajorrelieves de santos, ángeles, la tumba de Cristo y un nacimiento. Cuenta con un ábside, una columna central, una ventana ojival y alberga tres altares ornados de cruces esculpidas y bajorrelieves que representan a los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Supuestamente es donde el rey Gebre Mesqel Lalibela está enterrado por ello es la más venerada de Lalibela. Se encuentra cerrada a los visitantes no-eclesiásticos.
Continuando hacia el final del recorrido, se pasa por la «Tumba de Adán», un monolito prismático de 5mts. de alto, ahuecado en su interior, con una ventana en la parte superior en forma de cruz foliada.  Dicen que este monolito representa un altar de sacrificios pagano. La interpretación más aceptada es que fue esculpido como una especie de introducción al complejo de iglesias, ya que Cristo es el nuevo Adán, y la cruz de Cristo fue plantada sobre la tumba. A la derecha se accede a las grutas de Petros y Paulos.
Una puerta con una escalera de siete peldaños lleva a la salida, un estrecho y profundo desfiladero artificial de 25mts. de largo. En este lugar nos dimos cuenta que nosotros habíamos comenzado el recorrido de esta primera fase de iglesias realmente al revés.
Salimos al descampado donde se encuentran varios Tukul, las chozas de barro tradicional de esta zona, en forma de cono, de dos plantas y techo de paja.
Tras descansar unos minutos para hacer planes aprovechamos para bajar a la estación de guaguas a preguntar las posibilidades de viajar directamente desde Lalibela hasta Gondar o Bahir Dar, nuestros próximos destinos, pero no es posible hacerlo de esa manera. Hay que ir primeramente a Gashena, pueblo a mitad de camino en la carretera que circula desde Weldiya (Este) hasta Werota (Oeste). Luego, en Werota hay que coger otra guagua o Mini-Bus hacia el Norte (Gondar) o hacia el Sur (Bahir Dar).
Tras tomar unos cafés en un pequeño establecimiento de la estación nos trasladamos hacia las iglesias de la zona Sud-Este que simboliza la Jerusalén Celestial. Las excavaciones más recientes sugieren que algunas de las iglesias de este grupo han podido ser previamente fortificaciones militares y residencias reales, debido a los profundos fosos defensivos que rodean algunas estructuras (como Bete Gabriel-Rafael), que han de ser salvados por un puente de madera. Y también el hecho de que algunas iglesias no guardan la metódica orientación Este-Oeste, ni contienen determinados elementos propios de la arquitectura religiosa que sí aparecen sistemáticamente en el otro grupo de iglesias.  
El trazado general del complejo es más caótico y laberíntico que el del grupo noroeste, atravesado como está por galerías y oscuros corredores subterráneos que a veces quedan inundados de agua. El recinto dispone asimismo de una muralla rupestre perimetral con profundos fosos que se llenan de agua en la época de lluvias.
Comenzamos en Bete Gabriel Rafael cuya imponente fachada está precedida por un enorme foso de más de 10mts. de profundidad que hay que salvar por una pasarela. Aunque ya lo habíamos visitado el día anterior, nos pareció nuevamente una extraña iglesia con una planta totalmente atípica, compuesta de dos salas columnadas entre dos patios, cercado con gruesas murallas, lo que ha llevado a deducir que este edificio no se proyectó en un principio como iglesia. Quizás podría haber sido igualmente una residencia para altos dignatarios. Se compone de una hilera de grandes nichos en forma de arco axumita ubicados sobre altas plataformas que emergen del foso en cuyas paredes de fondo están perforadas la puerta y las ventanas. Nichos, puerta y ventanas repiten a distintos tamaños el perfil del arco axumita (en la parte superior del semicírculo se recorta un adorno curvo y puntiagudo). El interior se compone de dos capillas con dos pilares cada una, una de planta triangular, es Bet Rafael, la otra de planta rectangular es Bet Gabriel, y se comunican por una pequeña puerta. La única decoración interna consiste en tres cruces latinas talladas en los muros. La estructura posee también otras pequeñas celdas interconectadas, una de ellas con tres profundas ventanas que dan al patio trasero. En las paredes de este patio se abren numerosas celdas eremíticas y nichos funerarios. Debajo de Bet Gabriel-Rafael existe oculta una gran sala subterránea, parcialmente inundada, que muy pocas personas han podido visitar. El acceso está ahora cerrado.
El tejado de este edificio ha sido considerado tradicionalmente como un símbolo del cielo. Un estrecho y empinado tramo de muralla conduce entre dos huecos al tejado. Dicen que es el 'camino al cielo'.
Seguimos caminando y nos encontramos un segundo complejo, Bete Merkorios, una iglesia dedicada a San Mercurio, un mártir del s.III a la que se accede bajando por unas escalera a un foso que conduce hasta ella. No es de planta convencional sino una especie de triángulo irregular, ni está orientada de Este a Oeste como las demás, por lo que se cree que no fue originalmente un edificio religioso. Tal vez fue una residencia real, una sala de banquetes o algún tipo de prisión o casa de la Justicia. Debido a que una gran parte ahora está colapsado, el interior es una fracción de su formato que consistió en una gran sala hipóstila con dieciocho gruesos pilares irregulares, más tres celdas rupestres separadas por un muro abierto por tres puertas. Está siendo restaurado, o más bien fortificado y protegido de una mayor erosión. Tiene una zona más elevada, donde se cree pudo estar ubicado el palacio del rey LalibelaUn túnel va en dirección hacia Bet Gabriel-Rafael pero estaba cerrado.
Continuamos y nos encontramos con Biet Lehem (Casa del Pan Bendito). Más que una iglesia, parece una capilla. La estructura tiene una forma acampanada en medio de un profundo patio. El interior, de planta circular, está iluminado por una hilera de ventanucos y tiene un tronco de árbol a modo de pilar central. Se ignora la función original de esta capilla, aunque una tradición localiza aquí el refugio monástico del rey Lalibela. Según algunos investigadores, podría haber sido un horno de pan (los ventanucos serían salidas de humos), teniendo en cuenta que muchas iglesias etíopes cuentan con una "Casa del pan", donde se cuece el pan destinado a la eucaristía.
Continuamos bajando por un pasadizo hacia Bete Amanuel (Casa de Emmanuel), la iglesia monolítica más importante de este grupo, esculpida en el centro de un profundo patio excavado también en la roca al que se accede por una pequeña puerta ahuecada a media altura de una pared. Es de planta basilical (17,5mts. x 11,5mts.), con tres niveles de altura (11mts. máximo) y tejado a dos aguas. El edificio se levanta sobre una plataforma con tres escalones. Su decoración externa, a base de bandas horizontales en entrantes y salientes pretende reproducir en piedra la tipología de los antiguos palacios e iglesias axumitas, que alternaban hiladas de sillares y de madera. Tres hileras de ventanas se abren a la altura de los tres pisos. Las de los niveles superior e inferior son rectangulares, con el típico marco axumita de cabezas de viga salientes y una cruz inscrita en el vano, mientras que las del nivel central son de arco axumita. Las siete ventanas perforadas en el nivel superior simbolizan los Siete CielosDividida en tres naves por dos hileras de cuatro pilares, la nave central es abovedada y las laterales de techo plano. Las zonas del vestíbulo y del Santa-Santórum están claramente diferenciadas por pilares más gruesos y muros de separación. El altar está coronado por una cúpula, y un doble friso de ventanas ciegas embellece la zona superior, donde se hallaba la galería para mujeres. Dada su situación dentro del complejo, muy escondida y de difícil acceso, y teniendo en cuenta los últimos datos que apuntan a que algunas de las iglesias de este grupo habrían podido ser previamente residencias reales, se cree que Bete Amanuel sería en origen una capilla de palacio para uso privado del rey y su familia. Una trampa en el suelo de la nave sur da a un oscuro túnel subterráneo que conduce a la vecina Bet Mercurios (a 15mts. de distancia) y, tras otro pasadizo ascendente de 55mts., a Bet Lehem, ninguno de ellos permitido a los turistas.
Una puerta da salida hacia el exterior del recinto y una serie de pasillos dirige el sentido hacia Bete Abba Libanos, la única iglesia que tiene su techo y el suelo excavado en la roca, pero sus paredes hechas de ladrillos (9,5mts. x 7,5mts. y 7mts. de alto), permite que la iglesia pueda circunvalarse por un amplio pasillo a modo de túnel. La fachada está ritmada con una sucesión de platabandas verticales. La creación de esta iglesia, la que hace el número 11 entre las de Lalibela, se atribuye a la reina Meskal Kebra, esposa del rey Lalibela. El angosto interior, de planta rectangular, está dividido en tres naves por dos filas de pilares de esquinas redondeadas y capiteles cúbicos biselados. La nave central es de bóveda de medio cañón y las laterales de techos planos. Un friso de ventanas ciegas recorre todo el perímetro del segundo piso. El Qeddus Qeddusan (o Santa-Santórum), a un nivel más elevado que el resto de dependencias, tras un arco y coronado de una cúpula, queda semicerrado tras unos muros en los intercolumnios. La luz penetra a través de una hilera de ventanas cruciformes de marcos axumitas en el primer piso, y por otra hilera de ventanas con arcos apuntados de perfil “conopial' en el segundo piso.
Dice la leyenda que fue levantada en una sola noche, con la eficaz intervención de unos ángeles (?). Está dedicada a uno de los Nueve Santos que llegaron en el s.V a Axum para predicar el Evangelio en Etiopía.
Volviendo al pasillo y continuando hacia la derecha se llega hasta la carretera y caminando unos doscientos metros, separada de los dos grupos de iglesias, se encuentra  en la orilla derecha del río Yordanos, la célebre iglesia Biet Ghiorgis (iglesia de San Jorge), del s.XIII, la mejor conservada, que se levanta sobre una plataforma escalonada, aislada en medio de un patio cerrado al que se accede por un estrecho pasadizo excavado también en la roca. Es la única que no tiene un tejado de protección instalado sobre ella. Construida  tras la muerte de Gebra Maskal Lalibela en honor a San Jorge el santo patrón de Etiopía, este templo, de planta en cruz griega y quince metros de altura, se eleva en medio de la inmensa mole basáltica de la fue extraído. Caminando por la zanja inclinada que conducen a la iglesia nos topamos de frente con su enorme presencia. Sólo podría ser diseñado como un edificio de dos plantas, pero en realidad es alrededor de cinco pisos de altura para los patrones de hoy en día.
Los muros son más estrechos en la parte superior que en su base, y la ornamentación se reduce a nueve hornacinas en el sector más bajo y doce ventanas en el sector superior de su fachada, además de los relieves en forma de cruz griega de la cubierta. La forma de cruz griega configura las doce fachadas del edificio. En las que miran al Sur se abren las tres puertas. Una serie de bandas molduradas horizontales circunda todas las fachadas y las divide visualmente en diferentes niveles. Estas bandas tienen el efecto de camuflar una peculiaridad estructural del edificio: el grosor variable de los muros, que va creciendo de arriba abajo. Las ventanas rectangulares del nivel inferior son ciegas y de marco axumita, con sus cabezas de viga esquineras. Las ventanas del nivel superior, de arco axumita "conopial" rematado de adornos florales, son muy similares al de Bet Gólgota, las más ornamentadas de Lalibela.  Una escalera de siete peldaños conduce a la puerta de entrada. La planta de la iglesia, en forma de cruz griega de brazos iguales, está correctamente orientada con la puerta al oeste y el Santa-Santórum al este. El interior, angosto y de gran altura, carece de pilares, sustituidos por pilastras con apoyos que emergen de los mismos muros. Sostienen los cuatro arcos que separan el espacio central de los cuatro brazos laterales de la planta cruciforme. La bóveda del altar y los techos planos de los restantes brazos están adornados con cruces en relieve. Unas sencillas molduras corren a lo largo de los muros, en correspondencia con las bandas horizontales externas. 
Con sus armoniosas proporciones está considerada como la obra maestra de la arquitectura rupestre de Lalibela, y es el monumento más emblemático y reproducido de la localidad. El tejado de la iglesia está ornado con tres cruces griegas inscritas unas en otras que, además de su función decorativa, componen un sistema de caños y canaletas que drenan las aguas del tejado. En las paredes del patio se abren pequeñas celdas redondeadas para uso de los monjes y peregrinos y  algunos nichos funerarios donde aún reposan cadáveres de peregrinos que vinieron a morir aquí mismo.
Cuenta la leyenda que, concluida la realización de nueve de las iglesias, San Jorge reprochó al rey Lalibela que no hubiera constituido una iglesia en su honor. Lalibela prometió al santo que edificaría y le dedicaría la más hermosa de todas. El mismo San Jorge se encargó de supervisar las obras. Dicen que las marcas en el suelo en el corredor que conduce a la iglesia son las marcas de las huellas de su caballo (?).
Así concluimos la visita por ambos recintos de las doce iglesias excavadas literalmente en la roca hace cientos de años, que nos ha sorprendido principalmente por su fuerza espiritual y por ser un testimonio real de la fe del pueblo etíope.
Nos quedaban pocos días para acabar el viaje y queríamos pasear por el Lago Tana. Lástima que el barco que sale todos los lunes desde Bahir Dar hasta Gondar llega (si no hay incidente, que muchas veces sucede) el día antes a nuestra salida del país. Como no queríamos arriesgar hemos decidimos visitar Gondar y luego Bahir Dar, y desde allí intentaremos utilizar una embarcación para pasear por el lago y al menos poder ver alguna hermosa puesta de sol.