Y de esta
manera concluye el viaje por Etiopía que nos llevó 39 días
visitando los lugares más interesantes que mejor pudimos introducir en nuestro
itinerario.
Lo que nos
ha quedado en mente de este país ha sido:
su belleza
natural, su enorme diversidad cultural y una rica y sorprendente historia de glorioso
pasado, así como muchos restos arqueológico que pocos países en el mundo pueden
ofrecer en uno solo, pues la serie de descubrimientos paleontológicos, sobre
todo en la región de Afar, en el norte del Valle del Rift,
hace que sea casi seguro que Etiopía fuera el principal crisol
de la evolución humana.
Viajar hasta
aquí nos ha hecho descubrir:
a su agitada
capital que en el fondo hasta nos ha gustado en las dos ocasiones que
estuvimos; algunas tribus del Sur del Valle del Omo en
pleno apogeo en sus mercados semanales; la ciudad musulmana amurallada de Harar riquísima
en historia; la antigua y muy religiosa ciudad de Axum; los
volcanes en ebullición en medio del desierto de sal; el espectacular trabajo de
las iglesias rupestres excavadas en Lalibela; los castillos
medievales de Gondar o el lago Tana y sus
monasterios. Y no ha habido más porque nos ha faltado algo más de
tiempo.